Enrique Floriano (Lorca, Murcia; 1982) es extremeño de corazón por los cuatro costados. Se crió en Badajoz desde que tenía un mes de vida, ciudad donde comenzó a forjarse como nadador. Su afición preferida que disfrutó durante catorce años. Desde 1998, año en que le fue diagnosticada su discapacidad visual, Enrique encontró en la piscina una aliada, un espacio donde desplegar su enorme talento e incontenible potencial competitivo. Su segunda casa. Y en la que ha cuajado una carrera de éxitos deportivos espectacular, con nueve medallas obtenidas en cuatro Juegos Paralímpicos consecutivos: Sidney, Atenas, Pekín y finalmente en Londres en 2012. Y también con decenas de metales conquistados en campeonatos del Mundo y de Europa.
Entre sus reconocimientos destacan el título de Hijo Adoptivo y el Escudo de Oro de la ciudad concedidos por el Ayuntamiento de Badajoz. Además, fue distinguido por el Gobierno de Extremadura con la Medalla de Oro de la Región, y también como Mejor Deportista Masculino Absoluto de Extremadura en los años 2000 y en 2008. En 2013 el Rey don Juan Carlos le impuso la Medalla de Plata de la Real Orden del Mérito Deportivo.
Durante sus años de entrenamiento, los últimos de ellos en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, ha trabajado con las mejores técnicas de preparación en lo físico, pero también en lo psicológico, lo que le permitió alcanzar las metas deportivas que se iba marcando.
Una vez finalizada su carrera en la natación, Enrique ha sabido aprovechar la oportunidad que le brindó Ilunion, grupo empresarial de la ONCE en la que actualmente aplica todos sus conocimientos, valores y aptitudes adquiridos como deportista de élite para lograr la mayor eficacia profesional.
Cómo plasmar y trasladar a la empresa los valores y técnicas propias de los deportistas de alto nivel es lo que Enrique siempre trata de difundir en sus intervenciones en los más variados foros en empresas, centros escolares o universitarios.
